El tatuaje es un motivo decorativo corporal o
facial, de carácter permanente, cada vez más frecuente entre los jóvenes
y debe hacerse con precaución para evitar sorpresas desagradables.
Lo que puede
significar un signo de moda, de identidad o estética puede resultar
relativamente peligroso si no se valoran los riesgos ni se siguen las medidas preventivas y de seguridad higiénica que los especialistas han establecido.
Los riesgos
más frecuentes son las infecciones cutáneas, infecciones víricas,
alergias e, incluso, la transmisión de enfermedades por vías
hematógenas:
- Infecciones cutáneas locales.
Son aquellas que tienen lugar cuando el microorganismo penetra a través
de la piel. Pueden ser bacterianas y microbacterianas. Las bacterianas
son las más comunes y se producen por falta de higiene
tanto personal como del profesional que realiza el tatuaje, así como
del material empleado o de la higiene posterior. Además de evitarlas, si
ocurren, deben tratarse correctamente para impedir que se extiendan a
otras zonas del cuerpo.
- Infecciones víricas. Ejemplo de este tipo de infecciones son las verrugas víricas o los herpes simples.
- Transmisión de enfermedades por vía hematógena.
Cuando el microorganismo penetra a través de la sangre, heridas? se
producen este tipo de infecciones. Las enfermedades más comunes en estos
casos son la tuberculosis, tétanos, sífilis, hepatitis B, C y D, y de
forma mucho más esporádica la infección por VIH. Para prevenir esta
situación, debemos asegurarnos de que el centro y el personal cumplen
con la regulación.
- Los tatuajes son responsables de numerosas reacciones alérgicas. El color rojo es el conflictivo
porque contiene óxidos de hierro y pigmentos orgánicos de madera de
sándalo que al introducirse en la dermis, provocan una reacción que
afecta paulatinamente la zona del tatuaje.
La tinta roja
es la más problemática pero no la única. El resto también tiene
alérgenos: los azules y negros, con tinta china y carbón contienen
parafenilendiamina; los verdes, dicromato potásico y el marrón hidrato
férrico. Incluso el amarillo puede causar en algunos usuarios
fotodermatitis, cuando el pigmento es expuesto a la luz solar.
Debido a las
incidencias resultantes de la pigmentación de la piel, lo más
recomendable es que el profesional que realiza el tatuaje practique una prueba de alergia de aquellos componentes que empleará en el tatuaje.
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